Empezar
Empezar. Siempre empezamos algo. Acabo de empezar a escribir esto por ejemplo. Siempre estamos empezando. Empezamos el jardín, empezamos la primaria, empezamos la secundaria. Un día terminamos todo eso. Solo para volver a empezar. Empezar una carrera, o empezar a trabajar, o quizás las dos cosas al mismo tiempo. Pero seguimos empezando.
Empezamos un día nuevo, con la ilusión de que sea el mejor. Empezamos también la noche, con la ilusión de una chica quizás, con la intención de disfrutar con tus amigos.
Empezamos un amor, con la intención de que sea el verdadero, el más hermoso, el eterno. Y aunque ese amor se acaba, empezamos otro, porque seguimos creyendo en el amor. Y volvemos a empezar.
Seguimos empezando, porque siempre hay algo nuevo por empezar. Empezamos una familia, empezamos la concepción de un hijo, luego de otro quizás. Y otra vez a empezar.
Quizás solo sea cuestión de empezar a disfrutar.
Quizás solo sea cuestión de empezar a sonreír.
Empezar, porque siempre estamos empezando.
¿Empezar? Empecemos.
Empezamos un día nuevo, con la ilusión de que sea el mejor. Empezamos también la noche, con la ilusión de una chica quizás, con la intención de disfrutar con tus amigos.
Empezamos un amor, con la intención de que sea el verdadero, el más hermoso, el eterno. Y aunque ese amor se acaba, empezamos otro, porque seguimos creyendo en el amor. Y volvemos a empezar.
Seguimos empezando, porque siempre hay algo nuevo por empezar. Empezamos una familia, empezamos la concepción de un hijo, luego de otro quizás. Y otra vez a empezar.
Quizás solo sea cuestión de empezar a disfrutar.
Quizás solo sea cuestión de empezar a sonreír.
Empezar, porque siempre estamos empezando.
¿Empezar? Empecemos.